La prescripción de deudas es un concepto legal que establece un límite de tiempo dentro del cual un acreedor puede reclamar el pago de una deuda. Si el tiempo establecido por la ley ha transcurrido sin que el acreedor haya tomado acciones legales para reclamar el pago, la deuda se considera prescrita y el deudor ya no está legalmente obligado a pagarla.
Las leyes de prescripción de deudas varían y pueden diferir según el tipo de deuda y la jurisdicción. Estas leyes establecen plazos específicos a partir de los cuales una deuda puede considerarse prescrita. Por ejemplo, las deudas de titulos valores pueden prescribir en un plazo de cuatro años, mientras que las deudas de la CCSS el plazo es de diez años o más.
Es importante tener en cuenta que la prescripción de deudas no significa que la deuda desaparezca automáticamente. Sin embargo, una vez que una deuda está prescrita, el acreedor ya no puede iniciar acciones legales para reclamar el pago y el deudor puede negarse a pagar sin consecuencias legales.
Es fundamental consultar con un Abogado Experto en materia cobratoria para comprender plenamente los plazos de prescripción de deudas y cómo se aplican en tu caso particular. Y entender muy bien desde donde computa el plazo de prescripción de la deuda. O sea, desde el momento en que el acreedor tiene expedita su acción para demandar la cesación de la conducta contraria a derecho, el pago o, según el caso, la pretensión que corresponda. Además, es recomendable buscar asesoramiento legal para obtener una orientación precisa y adecuada sobre cualquier situación de deuda y su prescripción.
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